Seguidores♥

sábado, 29 de septiembre de 2012

Un fuerte trueno retumbó en toda la casa.
—¿Tienes miedo a las tormentas? —sonrió tiernamente mirándola.
Ella, envuelta en el edredón, asintió con la cabeza. Él se le acercó y la rodeó con sus brazos.
—Sabes que conmigo no tienes que temer a nada, ¿verdad?
—Lo sé, pero es que esos truenos tan potentes, no sé, es tan agresivo, parece que del ruido me vaya a quedar sorda, me asustan, me siento tan débil...—un relámpago iluminó toda la habitación a oscuras.  
—Pues yo pienso lo contrario, ven, quiero enseñarte una cosa— se levantó y le mostró su mano abierta. Ella se la cogió y se levantó llevándose el edredón consigo. Él la llevó hacia la terraza y estuvieron un rato mirando a través de la ventana. Solo otro trueno rompió el silencio que reinaba entre ellos, ella se asustó otra vez, él la acercó hacia sí, y la abrazó fuerte, cuando paró de temblar, abrió la puerta que salía hacia la terraza y salieron fuera. La lluvia caía fuertemente, pero desde donde ellos estaban situados no se mojaban. Esta vez fue ella la primera que le abrazó.
—Observa, observa los relámpagos, y no me digas que no son bonitos, cargados de esa fuerza, tan luminosos... Intenta seguir el recorrido que hace el relámpago, esa pequeña fracción de segundo en la cual está brillando por completo, y luego poco a poco desaparece. Y ahora cuenta los segundos que tarda en producir su rugido, y eso te dirá los kilómetros a los que está de nosotros. Amor, no tienes nada que temer.
En el rostro de la muchacha apareció una ancha sonrisa, y de pronto le entraron ganas de sumergirse en la lluvia.
—Tienes razón... ven, quiero mojarme. —le dijo y en un segundo dejó el edredón en la cama y estaba a su lado de nuevo.
—Si eso es lo que quieres, ¿quién nos impide hacerlo?—dijo él y cuando ella le dio la mano salieron corriendo hacia el lugar de la terraza donde sí llegaba la lluvia. Ella estalló en una carcajada, mientras extendía los brazos y levantaba la cabeza hacia el cielo nocturno. A él también se le contagió la risa, y en un abrir y cerrar de ojos estaba dándole el beso más maravilloso de su vida. Ella le sonrió en los labios, y él le dijo:
—¿Hay algo más a lo que temas, aparte de las tormentas?
—Si, perderte. Eso me da aún más miedo que las tormentas.—entonces él le cogió la cara entre las dos manos y volvió a besarla.
—Dejaré de amarte cuando desaparezcan para siempre todas las estrellas. Mientras tanto, siempre me tendrás a tu lado, al menos que tú me pidas que me vaya, ¿entiendes?—Le dijo él, ella sonrió y le devolvió el beso.

4 comentarios:

  1. Que ternura porfavor!!!*_*

    te sigo YA!

    ResponderEliminar
  2. Me gusta mucho también tu blog, voy a intentar seguirte si puede (desde que me hice cuenta en Google+ no sé por qué no puedo seguir los blogs :S). Voy a ver si lo aclaro, muchas gracias por tus comentarios ;)
    un beso!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, de verdad :3 Espero qeu se te arregle pronto el problema con lo de los seguidores :) Besoss!

      Eliminar