Seguidores♥
viernes, 10 de agosto de 2012
Sin quererlo sus pies lo llevaron a todos los sitios que había estado
con ella, y cuando se dio cuenta, ya era tarde, una ola de recuerdos
le pasó por la mente. No lo reconocía, pero realmente esa chica le
había marcado. Si alguien le preguntaba por ella, él, muy
chulo le contestaba: 'si, yo me lié con ella; si, yo estuve con
ella' y una sonrisa se asomaba por su cara, pero en cuanto esa
persona le preguntaba: 'eh tío, ¿te sigue gustando?' él
contrariado, rápidamente contestaba: 'qué dices loco, hace ya
tiempo que no estoy con ella, ahora estoy de royo con otra', pero en
el fondo deseaba que esa otra sólo fuera ella, la única que había
hecho sentirle esos escalofríos en cuanto sus tanto adoradas manos
recorrían con timidez su cuerpo. No lo quería aceptar, por nada del
mundo. Él era... nadie podía hacerle sufrir, y mucho menos
enamorarle. Tenía fama de cabrón, pero aún así seguía teniendo a cientos
de tías detrás. Unas querían solo un royo de una noche; otras, que
él les regalara todas sus noches. Pero ella, su adorada chica, ya no
pertenecía ni al primer grupo ni al segundo. Ella ya no le
pertenecía en absoluto. Él creía que ella ya le había olvidado, y
eso le dolía. "Me comporté fatal con ella, me odio por eso, le
hice sufrir, nunca me perdonaré lo que hice, fue un gran error",
se decía a veces, pero a pesar de que la amaba, intentaba olvidarse
de ella con otras. Cuando las besaba, cerraba fuertemente los ojos e
intentaba imaginarse que era ella la que le besaba, pero no lo
conseguía, nadie podía igualarse, pero él lo seguía intentando, él seguía rompiendo corazones con tal de arreglar el suyo, con tal de
encontrar a alguna que se pareciera al menos un poco a ella. "Soy
un puto egoísta, ella había tenido razón cuando me dijo todas esas
cosas la última vez que hablamos, claro que tenía razón..., eh, ¿qué
te pasa tío? Los tíos no sufren por tías, ¿te acuerdas?", se
decía cada vez que empezaba a pensar en sus errores, pero de nada
ayudaban esas palabras, él sabía lo que había hecho mal, y ya no
había vuelta atrás.
miércoles, 1 de agosto de 2012
«Un día un joven pasa por una calle, se cruza con una mujer, la mira, se vuelve, sigue adelante. Aquella mujer, que él no conoce, tiene placeres, penas, amores, en los que él no tiene nada que ver. Tampoco él existe para ella, y hasta es posible que, si le dijera algo, ella se burlaría de él. Pasan las semanas, los meses, los años y, de pronto, cuando cada uno ha seguido su destino en un orden diferente, la lógica del azar vuelve a ponerlos al uno frente al otro. Aquella mujer se convierte en amante de aquel hombre y lo ama. ¿Cómo? ¿Por qué? Sus existencias ya forman una sola; apenas se establece la intimidad, les parece que ha existido siempre, y todo lo que precedió se borra de la memoria de los dos amantes. Confesemos que es curioso.»
Suscribirse a:
Entradas (Atom)