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miércoles, 26 de diciembre de 2012

Pienso que... que cuando todo ha llegado a su fin, todo se repite en flashes, ¿sabes? Es como un caleidoscopio de recuerdos, pero todo regresa. Excepto él. Pienso que parte de mí sabía al segundo que lo vi que ésto pasaría. En realidad, no es algo que él haya dicho, o hecho. Era la sensación que ésto envolvía. Y... lo más desconcertante es que, no sé si volveré a sentirme así otra vez. Aún así, no sé si debería. Sabía que su mundo se movía de manera rápida y que brillaba cual sol. Pero pensé, ¿Cómo puede el diablo empujarte a los brazos de alguien que luce... lo más parecido a un ángel cuando te sonríe? Quizá él lo sabía, cuando me vio. Supongo que perdí mi balance. Pienso que la peor parte de todo esto no fue perderlo a él, sino perderme a mí.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Se desean pero no se pueden tener. Y es que a veces el destino es el que reparte las cartas y juega sucio.
Cuando su piel roza la de ella, es como si fuera electricidad, es como si fuera fuego, quema, y a la vez es como si fuera la cosa más suave y dulce del mundo. Si ella pudiera elegir una cosa para tener siempre, serían los dedos de él sobre su piel. Acariciándola. Le daría a replay a todas horas, desearía que no parase nunca.
Con cada gesto de esos, cada sonrisa que se dedican, cada gesto que se hacen, cada guiño, cada abrazo, se enamoran más. Él de ella, y ella de él.
Ella desea con todas sus fuerzas decirle que le quiere, que cada sonrisa que le dedica hace que le quiera más, que desearía mandarlo todo a la mierda y estar con él, pero no puede. No puede porque no quiere herir a nadie.
Él desea con todas sus fuerzas poder besarla, poder acariciarla sin que nadie les juzgue, decirle a cada segundo que nunca la perderá, que la querrá siempre, que nunca ha sentido nada tan fuerte por ninguna, que quiere que sea la primera en todo y a la vez la última.
Pero todavía no pueden.
Ella tiene miedo de que él se canse, tiene mucho miedo, dejarle ir sería el peor error que pudiera cometer, pero no puede hacer nada. O si. Pero ella no es tan valiente como para hacer cualquier cosa.
Qué egoistas.
Sus miradas se cruzan a cada segundo, siempre se buscan, y cuando se encuentran sonríen. Es como un imán. No hay otra cosa que deseen más que estar juntos. Y saben que lo estarán. No ahora, porque no se puede, pero lo estarán, en un futuro. Él espera que ese futuro no sea muy lejano, y ella igual. 
Se desean pero no se pueden tener, no todavía.